Juan Pedro Baigorri nació un 4 de
enero de 1891 en San José, Uruguay, aunque se empeñaba en decir que era
Argentino, de C. del Uruguay en Entre Ríos. También afirmaba que su segundo
apellido era Velar y que estudio en la
Universidad de
Milán, lo cierto es que todo lo que decía era motivo de duda, y en gran parte
ésto lo convirtió en leyenda.
Su padre Coronel del Ejercito, había
sido muy amigo de Roca, por lo que los Baigorri se movían entre las familias bien
relacionadas a la política. De su infancia y adolescencia mucho no se sabe, se
presume que estudio Ingeniería en Petróleo, y posteriormente, en el exterior
hizo una carrera en geofísica, y trabajó para distintos países de África, Asia,
Europa y America del Norte en cuestiones de corrientes subterráneas. Durante
sus viajes gestó un aparato electromagnético, que sería el que le diera la
fama.
Al regreso de su travesía, y
portando una caja de madera, se asentó en el barrio de Villa Luro junto a su
mujer y su hijo, se dice que anteriormente vivió en Caballito, pero la humedad
y la altura del terreno no le satiafacian, por lo que con aparatos de medición
en mano recorrió la ciudad hasta dar con el barrio que lo cobijo hasta el final
de sus días y del cual lo harían vecino ilustre.
El cuarto mas alto de la casa de
Araujo y Ramón Falcón, servia de laboratorio para perfeccionar su invento, aquella
caja que originalmente fuera concebida para detectar capas geológicas, afirmaba
que podía hacer llover donde y cuando el lo quisiera.
Las pruebas generalmente las
realizaba los fines de semana, provocando que se suspendieran los partidos en
“El Fortín” por mal tiempo, por suerte los hinchas de Vélez, todavía no estaban
al tanto de los poderes de Baigorri.
A sus 47 años en noviembre de
1938, estaba listo para mostrarle al mundo su logro. Con este fin se dirigió a la Empresa Ferrocarril
Argentino y expuso su propuesta, fue recibido por el Ing. Hugo Miatello, quien
fuera posteriormente designado por la empresa para acompañar a Baigorri a algún
punto del país donde hubiera sequía, ese lugar fue Pinto en Santiago del
Estero. El 11 del 11 arribaron a “los Milagros” donde inmediatamente conectaron
la maquina al suelo reseco, el primer síntoma en percibirse fue el cambio del
viento, a pesar de los intentos también fue el ultimo. Vale aclarar que aunque
la lluvia no apareció, la extraña respuesta climática llamo la atención,
Baigorri aseguro que su maquina necesitaba mas poder y prometió regresar y
efectuar el milagro.
Permaneció encerrado en su
altillo hasta el día del viaje, el 19 de diciembre volvió a conectar la maquina
y no paro de llover copiosamente desde el día 23 a las 8 am, hasta el 25 a la madrugada, el día 27
llego el tren nuevamente a Retiro donde una multitud lo esperaba para llevarlo
en andas hasta la Torre
de los Ingleses para rendirle honores.
Como era de esperarse,
aparecieron los detractores, entre ellos Alfredo Galmarini, quien fuera
entonces Director del Servicio Meteorológico, indignado por la creciente fama
de Baigorrita (diminutivo usado por las masas) públicamente acuso los hechos
como un “atentado a la ciencia” y ridiculizo a la maquina y su creador, “Deberíamos llegar a la conclusión de que
aumentando la potencia del aparato y multiplicando en gran cantidad su número,
podríamos llegar sin mayor esfuerzo mental al diluvio universal”. Pero las
cosas no quedarían así, mientras un periodista del diario Critica entrevistaba
al hombre del momento por los dichos ofensivos, este escribiria una nota y se
la entregaria con el fin de ser publicada, en ella podía leerse: “Como
respuesta a las censuras de mi procedimiento, regalo por intermedio de Crítica,
una lluvia a Buenos Aires para el 3 de enero de 1939” firmado “Baigorri V”. Como
colación, le hizo llegar a Galmarini un paraguas acompañado por una nota que
decía: “para que lo use el 3 de
enero”.
Que sucedió entonces? Ese día
entre las 5 y las 9 de la mañana se produjo el copioso chaparrón que seria
titular en los diarios y bautizaría a Baigorri como “El Mago de la Lluvia ”.
De ahí en mas fue
entrevistado por os principales diarios del mundo y buscado de todas partes
para comprarle su invento, a las millonarias ofertas el Ingeniero respondía: "soy argentino... mi invento es para
beneficiar a la Argentina ".
En la década del 40 y debido a un
fracaso en un pueblito de la
Provincia de Bs. As., el hombre permaneció en el ostracismo
hasta el año 1951 donde fue llamado por el Gobierno de Perón, para proveer de
lluvia a la región de Caucete en San Juan, acosada por un incipiente sequía,
debido al éxito, fue nuevamente enviado en comisión a Córdoba donde provoco
lluvias y tornados y en 1952
a La
Pampa , donde también se vieron por ultima vez en esa década
sus logros. Dicen que el Gobierno le exigió el secreto que encerraba su caja
mágica, el siempre respondía lo mismo”
consta de una antena especial, que despide rayos electromagnéticos hacia la
atmósfera y va produciendo la congestión hasta provocar la lluvia”esta
explicación no era suficiente para los científicos ni para el Gobierno que no
había financiado los trabajos realizados, Baigorri que reclamaba el pago, prefirió
llamarse a silencio antes que revelar el secreto.
En el año 1968 y en respuesta a
una biografía publicada en la revista “Todo es Historia” Baigorri escribió una
nota afirmando los dichos publicados y ofreciendo una demostración en el sitio
donde hiciera falta, Pipo Mancera lo entrevistaría en sus “Sábados circulares”
donde repetiría el ofrecimiento. A su propuesta respondieron las autoridades de
la Provincia
de Córdoba, dispuestas a pagar 1 millón de pesos por la lluvia, pero
lamentablemente esta vez no funciono.
En mayo de 1970 se prendió su maquina
por ultima vez en Uruguay (al menos públicamente), donde llovieron durante su
estadía 280 mm
, mas que suficientes para hacer un retiro triunfal.
Para esa misma época, Garcia
Ferrer lo abría homenajeado con su personaje “El profesor Neurus”, uno de los
inventos más fascinantes del célebre Profesor, al que mencionaba como "la
experiencia más sensacional del siglo XX", era “El Pluviotrom” una
máquina capaz de generar lluvias en cualquier momento y lugar, haciendo clara
referencia a la Caja
de Baigorri.
Unos años antes de fallecer y con
tres hipotecas sobre su casa, tuvo que venderla ya que el dinero que penso le
pagaría el estado por sus trabajos nunca llego, la casa que se alzaba en la
esquina sudoeste de Ramón L. Falcón y Araujo ya no existe, en su lugar se hay un
edificio de propiedad horizontal; sin embargo dicha esquina, para los viejos
vecinos del barrio de Villa Luro, sigue poblada de recuerdos y parece resonar
aún en ella el murmullo de los niños cantándole al “Nuevo Júpiter” “…que
llueva, que llueva, Baigorri está en la cueva…. enchufa el aparato y llueve a
cada rato…”
En las vísperas del 23 de marzo
de 1972 llovió, y con la lluvia a los 81 años se fue el polémico Ingeniero, mientras
se celebraba el día del meteorólogo. Los mas románticos aseguran que fue
enterrado en el cementerio de Flores junto a su caja, la triste realidad cuenta
que esta arrumbada en un deposito junto a otros bártulos, nadie sabe si revelo
su secreto a su hijo William o a sus nietos, tampoco en que inspiro su
descubrimiento, pero después de conocer la historia, es inevitable pensar si
cada vez que llueve es “San Pedro” o el Señor de la lluvia.