14 abr 2013

La carta al Papa


Ésta historia que les voy a contar, sucedió en el año 2001 en el pequeño kiosco de Av. El Cano y Conde, en el barrio de Colegiales. Antes de comenzar me atrevo a predecir, que al terminar de leerla, muchos de ustedes soltaran sus risas y comentaran sobre la imaginación de esta febril narradora. Pero quiero aclarar que no es mi imaginación, sino mis recuerdos los plasmados en este relato, porque lo que van a leer sucedió, Es Verdad! tal como decía aquella voz de niño que retumbaba en las paredes del local, mientras la anciana afirmaba con la cabeza ante la mirada atónita de los jóvenes espectadores. 
El país estaba en crisis, y por las calles de Bs. As. se veían caminar personas al borde de perder la razón, los locales habían bajado sus ventas y todos buscaban un “currito” para sobrevivir.
El local de Av. El cano 3192, de casi 100 años, a lo largo de su historia había sufrido cambios en su morfología. Originalmente era una librería atendida por los padres de Don Leo el anticuario, un anciano afable de bigotes blancos estilo Mussel y que vivió en la misma casa desde que nació. Cuando Leo fue creciendo, el local sufrió una división y se convirtió en local de antigüedades y Kiosco/librería,  este ultimo iba cambiando de propietarios hasta ser alquilado por un matrimonio, que tras años de insistirle a Leo, tiro la pared divisoria para volver a ser como era originalmente. Así estuvo unos 10 años hasta que la crisis los golpeo y obligados a achicarse, tuvieron que resignar una parte del local que volvió a dividirse. Don Leo que vivía en la casa contigua, cada tanto se detenía a contar alguna historia fantástica sucedida ahí, la cual era escuchada con atención pero con poco margen de credibilidad. Solo tendría que transcurrir un poco de tiempo, para comprobar que en ese lugar todo era posible.
La anciana llego andando en Bicicleta por la vereda, en el frente tenia un canasto donde llevaba las compras. Aparentaba aproximadamente unos 70 años, pelo canoso y anteojos, vestía pantalón de jean, camisa a cuadros y el típico saquito de abuela… Nunca la había visto por el barrio. La mujer  se baja de su rodado y se me acerca, con voz firme me pregunta si le puedo tipear una carta en la computadora, no había ningún indicio de que hiciéramos ese trabajo, sin embargo la señora estaba muy convencida de hablar con la persona indicada. Sin permitirme explicarle que no estaba en el lugar correcto, insistio en que el texto era muy importante, que la carta tenia que ser enviada urgentemente a Juan Pablo II, porque ella contienia mensajes reveladores.
Seguramente en una época normal de trabajo habría persuadido a la mujer de dirigirse a otro lugar, pero teniendo en cuenta la merma de clientes y acontecimientos que me distrajeran, una parte de mí pedía a gritos que tipeara esa carta. Sucumbiendo a mi voz interior que me repetía: Hacelo!, le presupuesto con una cifra irrisoria el trabajo para asegurarme que me lo de, la clienta conforme, promete volver al otro día con el manuscrito pasado en limpio para que pueda leerlo.
En la vereda se encontraba un busca de 18 años que vendía cd,  para combatir el aburrimiento se arrimaba al mostrador en busca de conversación mientras relojeaba que no le roben la mercadería. En silencio presencio toda la escena, no me lo dijo, pero tenía tantas ganas como yo que la mujer volviera.
A la mañana siguiente a eso de las 10, regresó montada en su bicicleta. Al descender saca del canasto de las compras un sobre de papel marrón, y del interior el manuscrito en cuestión, que sostiene fuertemente en su mano sin ninguna intención de entregarlo.
- No se si sós la persona correcta para dárselo, esto es muy importante y no todos están preparados para leerlo. 
Sorprendida por la declaración, le pregunto que tiene de importante esos papeles y le explico que si no me los entrega no puedo hacer el trabajo….
-        Es que esta carta se la tengo que enviar al Papa, es un mensaje que me dicto Jesús para el…. Acá esta escrito lo que va a suceder.
Ah bueh!, pensé, esto es mas loco de lo que creí, mientras trataba de no mostrar ni entusiasmo ni sorpresa. A espaldas de la anciana, el vendedor de cd que al verla llegar se arrimo inmediatamente, no dejaba de hacerme señas para que indagara en el tema.
Seguramente alguna emoción se reflejo en mi rostro, o fue la repentina interrupción de los clientes en busca de cigarrillos, la que provoco su respuesta.
-        Voy a consultarle a Jesús si te la dejo y vengo mañana. Se subió a su bicicleta y tomando El Cano doblo de contramano por Freire.
A la tarde los empleados de Mr. Luna, el local lindero, y por obra y gracia del absorto vendedor de cd, ya estaban al tanto de este extraño personaje y pedían ser avisados cuando regresara. No me pareció una buena idea, ya que las multitudes podían intimidar a la mensajera. Así fue como consensuamos  colocar al dia siguiente un grabador y posteriormente dejarlos escuchar la conversación.
Y al tercer día volvió, esta vez de contramano por El Cano, esquivando autos que tocaban frenéticamente sus bocinas. Me apure y encendí el grabador, ya había chequeado las pilas, el cassette de 90 minutos y dije una palabras de prueba que se grabaron correctamente, todo estaba listo.
Una vez mas sacó los papeles, esta vez comenzó a leer fragmentos del escrito, no estaba muy segura como dirigirse a Su Santidad en el encabezado. Me dijo que Jesús le había dictado las profecías, pero no le había dicho nada que como hacer la introducción, y eso era algo que tenia que resolver.
Demás esta decir que no podía esperar mas para preguntarle como le dictaba Jesús las cartas. Nunca me imagine semejante respuesta.
-        Jesús vive en mi, literalmente vive en mi. Un día se alojo en mi cabeza, era un feto, y a medida que comenzó a crecer se fue manifestando, al año y medio empezó a hablarme… Ahora ya es un niño de 7 años, y me habla con su voz de niño y me dice lo que va a suceder. A veces habla con otras personas, solo con las que quiere hablar, yo no puedo controlarlo, lo hace cuando quiere...
Fue en ese momento que resonó aquella voz de infante que me estremeció.
-        Es Verdad!, sentencio impetuosamente. Acto seguido la Sra. asintió con su cabeza. Es Verdad! se escucho una vez mas, mi  mirada estaba clavada en los labios de la anciana que no se movían.
-        Vez, a vos te quiso hablar, lo escuchaste? No se manifiesta ante cualquiera, lo esta haciendo para que me creas lo que te cuento…
-        Es Verdad!, se escucho por tercera y ultima vez, superponiéndose a la explicación de la anciana.
 A continuación la Sra leyó una de las revelaciones, yo me encontraba confundida al igual que el chico de los cd, creo que ese fue el motivo por el cual no recuerdo ni una palabra de la profecía leída, solo se que estaba escrita en verso y hablaba sobre la muerte de Juan Pablo II y lo que le pasaría a la iglesia después.
Al terminar la lectura y sin dar explicaciones guardó las hojas escritas en tinta azul, subió a su bicicleta y se marcho.
A los minutos recordé que todo había sido grabado, puse stop, y mientras rebobinaba la cinta reía al recordar la voz y especulaba con los vecinos ansiosos por escuchar la grabación, sobre los dotes de Ventriloquia de la viejita en cuestión.
Se sintió el tope y puse Play, pero no se escucho nada, adelanté unos minutos y la cinta seguía vacía, ningún ruido, ni siquiera interferencia. La cinta estaba en blanco totalmente. Pensé en lo oportuno del momento para descomponerse el grabador, puse rec, dije unas palabras, rebobine y al poner play se reprodujeron tal cual las grabe. En ese momento no tenía una explicación valida para lo sucedido. El único consuelo era intentarlo la próxima vez.
Pasaron los días y la anciana no volvió, a la semana siguiente al llegar luego del almuerzo, el testigo de lo sucedido me entregaría un mensaje.
-Paso la vieja de la carta del Papa, me dijo que no va a volver mas, porque Jesús le dijo que vos no crees . 
En eso tenia razón, no creía que fuera verdad a pesar de no encontrar explicación para la voz y la grabación frustrada.  Y así fue, durante los años que permaneció abierto el lugar no la vimos nunca más.
Cada tanto recuerdo lo sucedido, y pienso que si la anciana sigue viva Jesús ahora tendría alrededor de 20 años. Tengo miles de teorías  que era enferma psiquiátrica  que quizás en su cabeza tenia un tumor, que iba por los locales en busca de incautos que creyeran su historia, que era una mística religiosa.Mi viejo grabador de periodista a pesar de no ser usado frecuentemente sigue funcionando a la perfección y entre todas las dudas solo tengo una certeza, que la historia que les cuento, Es Verdad!