Hijo de gallegos inmigrantes nació en las
inmediaciones del arroyo Maldonado, el 24 de agosto de 1915. Su familia era
catalogada como una de las pioneras del barrio y su padre era propietario de
una pequeña metalúrgica.
Desde muy chico tenia inclinaciones por el arte, sus primeros
pasos fueron como bailarín de tap, y la vereda de su casa en Serrano 559, fue el escenario que oía retumbar las chapitas
de los zapatos en la baldosas. No tardo mucho en que Angelina Pagano –
prestigiosa actriz de teatro y cine formada en Italia creadora en 1927 del
“Teatro Infantil”- tras probarlo lo sumara a la compañía que dirigía, talvez
adivinando el futuro que le esperaba a aquel pequeño Ángel Magaña.
Su debut en las tablas fue a los
12 años en el teatro Smart Palace (luego
se llamo Blanca Podestá y en la
actualidad multiteatro) un 24 de Diciembre, el hacía de pueblo, en la obra
“Perico Primer Rey de Pulgaria” de Roberto Talice que protagonizara
René Cossa en el papel del rey Perico I.
Para el libro “reportaje al cine
argentino” contaría que esa fue la primer navidad que falto a su casa y la que
aprendió su mas valiosa lección sobre actuación, “En determinado momento, se oía ruido de guerra; de ejército, se oía un
estruendo ¡Boomb! salía el rey a hablar, a calmar a su pueblo, y yo, un
chiquilín, al oír esos ruidos empezaba a temblar, y la gente se reía. Cuando
terminó, me llamó Angelina y me dijo: Mirá, hijo, tienes que respetar al actor
que está hablando, porque el público tiene que enterarse de lo que está diciendo.
Si lo distraes con otro movimiento, perjudicas al actor y a la obra. Entonces
comprendí dónde, cómo y por qué se tienen que hacer las cosas en el
escenario”.
Posteriormente Armando Discépolo lo
convocaría para hacer “Topaze” de Marcel
Pagnol, y luego “La dama boba”, dirigida por Federico García Lorca y
protagonizada por Eva Franco.
En 1935 y con 20 años, realiza un
pequeño papel como extra en la película “El caballo del pueblo” provocando una
verdadero revuelo entre sus vecinos del barrio que concurrían a los cines de la
antigua calle Triunvirato –hoy Av. Corrientes- para verlo en cinemascope.
En 1936 mientras representaba en
el Teatro Nacional Cervantes “La ninfa constante” se enamora perdidamente de
su compañera de elenco Nuri Montsé, con quien se casaría a escondidas en
Uruguay en 1946 tras 10 años de noviazgo.
Un verano de carnaval en el tradicional corso que se realizaba en la
calle Corrientes de su barrio natal, mientras se divertía, lo vio el director
de Cine Mario Soffici y le preguntó si quería filmar una película, esta vez con
un papel mayor al de extra ya que tendría dialogo, así fue como
en 1937 con “Cadetes de San Martín” su nombre empieza a sonar en el cine, el
film estaba protagonizado por Enrique Muiño, con quien seria mas adelante
protagonista de la película “su mejor alumno” interpretando a Dominguito el
hijo de Sarmiento.
Su talento innato, los años de
estudio y figura de galán fueron determinantes en su carrera, no paso tiempo
desde su primer papel, para posicionarse como una de las grandes estrellas del
cine nacional. Su versatilidad lo llevo a interpretar tanto dramas como comedias, entre 1935 y 1979
trabajo en 49 películas junto actores de la talla de Luis Sandrini, Olinda
Bozan, Mecha Ortiz, Tita Merello y Enrique Serrano entre otros.
Cuando finalmente llego al país
la televisión, condujo en 1960 un programa sobre tango por Canal
9 que se llamó "La boite de Angelito", y en esa misma década
protagonizó el ciclo "Los argentinos somos así ¿o no?", trasladado de
la radio, con guión de Rodolfo M. Taboada, en el que representaba un
estereotipo del porteño.
Padre de 2 Hijas, Alejandra y
Julieta – quien debutaría en cine con su padre en la película “Andrea” de 1973 y posteriormente fuera una reconocida animadora infantil- realiza su mayor acto
de amor cuando tras la internación de su esposa Nuri en el hospital María
Ferrer, de Barracas, por padecer de una afección pulmonar, alquilara una
habitación en el hotel que estaba justo enfrente, y cuya ventana daba a la
ventana de su amada esposa, para no alejarse de ella en los momentos que no le
permitían entrar a visitarla. Desde allí lo acompañaban sus amigos, Osvaldo Pacheco, Tita Merello, Niní Marshall,
las hermanas Legrand a los que le decía “Yo siempre espero que se levante”. Luego
del fallecimiento el 26 de diciembre del
´71 a los 54 años, se lo escucho decir en referencia al hotel, “Deberían poner una plaqueta acá, donde
diga que había una historia de amor”.
Tanto amo a su esposa como a sus
hijas, hay una leyenda que de ser cierta lo corroboraría, donde se cuenta que
la muerte de Ángel fue de pena. Todo habria comenzado cuando su hija mayor
Alejandra, se puso de novia con un productor discográfico, ella estaba
profundamente enamorada, pero con el tiempo descubrió que él, en realidad
estaba enamorado de su hermana Julieta, esa decepción la sumergió en una profunda depresión.
Dicen que Ángel, de esa situación
jamás pudo reponerse y finalmente
falleció a los 68 años el 12 de noviembre de 1982 por una profunda tristeza.
Sus restos descansan junto a los
de su esposa en el cementerio de Olivos, donde también descansan otros tantos
protagonistas de la era de oro del cine Argentino y que fueran sus compañeros, entre
ellos Florencio Parravicini, Juan Carlos Altavista, Hugo del Carril y Nini
Marshal.
A pesar de que sus últimos años
fueron alejados del barrio que lo vio nacer y formarse como un gran actor, para
sus viejos amigos y vecinos, sigue vivo en la memoria como el Ángel de Villa Crespo.