En el barrio de Palermo está la Parroquia San
Francisco Javier sita en Borges entre Nicaragua y Costa Rica.
Originalmente fue construida como una capilla
dependiente de la
Basílica del Espíritu Santo, templo de la Parroquia de Nuestra
Señora de Guadalupe (Mansilla y Guatemala en Palermo).
El terreno fue donado por una
vecina del barrio a la Obra
de la conservación de la Fe ,
y en 1907 fue la colocación de su piedra fundamental.
La idea original era la de tener
un lugar intermedio, donde los fieles más alejados a Guadalupe, pudieran
acercarse a misa o simplemente a rezar.
Finalmente y a pesar de no estar
del todo terminado, el templo fue inaugurado en 1913.
En 1934, a la capilla se le
sumaron dos colegios primarios y gratuitos a sus lados, a la derecha el Santa Rita para
niñas, que también era hogar de monjas y a la izquierda el San José de
varones, que compartió espacio con la casa parroquial.
No paso mucho tiempo hasta que la
capilla fue declarada Parroquia e independizada.
Postales del mundo
Postal Española anterior a 1952 |
Pero unos años antes de que esto
ocurriera, alrededor de 1950, el altar de San Francisco Javier era objeto de
admiración. Tanto así que en España, se imprimieron tarjetas postales con la
foto del mismo. En ella se podía ver su cúpula de ladrillos marcados, un gran
ángel coronando el altar en exceso ornamentado con el sagrario en medio.
La era de los cambios
Altar modificado |
En 1952 y como conmemoración de
los 400 años del fallecimiento del Santo medico y misionero, en su cúpula se
pinto un fresco donde se veía a San Francisco Javier en su lecho de muerte
mirando hacia el cielo a Jesús que viene en su búsqueda.
Llegados los años 80, la
parroquia lidiaba con la escasez de fieles, pero la presencia de un cura joven
tercermundista con sueños revolucionarios hizo que de a poco se acercaran los
jóvenes, algunos de ellos ex alumnos de los colegios.
Para 1986 el lugar contaba con un
espíritu renovado, aunque con unas instalaciones claramente deterioradas. A
partir de allí y con un nuevo cambio de párroco comienzan las remodelaciones.
En el primer lavado de cara, se
repararon y pulieron los bancos, se removieron los altares de los santos y se retiraron de los muros internos las placas de bronce que se habían colocado a
través de los años a modo de agradecimientos y recordatorios, (las placas nunca volvieron, según testigos de la época, las mismas fueron sustraídas y vendidas al peso a
un chatarrero de la zona, quien las corto para ser fundidas) En el frente se realizó una Ermita, que contenía una virgen de Lujan, y se colocaron rejas internas,
que permitían el templo abierto pero no accesible.
Mas adelante, y por orden del
vaticano, se modifico el altar que estaba distribuido para dar la misa de
espaldas a los fieles.
Esta vez una importante obra
realizada, removió el altar por completo y traslado el sagrario de mármol hacia
un costado. Muchos de los mármoles antiguos no soportaron la manipulación y se
partieron, quedando inutilizados. En su lugar se colocaron nuevos de inferior
calidad.
Las ornamentaciones de los santos
que habían sido removidas con anterioridad, fueron recicladas para hacer un
altar a la virgen de luján que estaba en el frente, e entronizar la imagen en el templo. En su lugar se empotró una cruz del tercer milenio.
Se construyo un campanario
improvisado sobre el techo de la secretaria parroquial, por donde se veía bajar
la cuerda que movía el badajo.
El antiguo Armonio fue rotando
por todos los rincones, y la escalera caracol de madera que llevaba al coro fue
clausurada con rejas.
El fresco descascarado por el
tiempo, fue maravillosamente restaurado por un sacerdote, Mario Beveratti, que
además contaba con un titulo en bellas artes.
Ya entrados los 90, la parroquia
lucia un poco mas despojada y distinta.
Las obras se trasladaron a la
casa parroquial, consistían en la remodelación de una finca lindera al colegio
San José, que había sido donada por un vecino decadas atras y se encontraba en condiciones de
abandono.
Los curas continuaron desfilando y
en el tiempo que siguió, la reforma le llego a los colegios. Las monjas se
fueron, se le cambiaron los nombres por San Francisco Javier, se incorporó secundario y los edificios
fueron remodelados. Seguramente la cuota también aumento, ya que desde los años 60 eran pagos.
Cada tanto el templo sufría una
nueva remodelación, que lo despojaba aun mas de su imagen primigenia.
Parroquia 2.0
vista 2016 |
Con el nuevo milenio, y una nueva
lavada de cara al templo, un día así sin más, el fresco de la cúpula
desapareció.
La excusa fue un proyecto con motivo de celebrar el centenario, que contemplaba terminar la construccion que habia quedado inconclusa en 1913 y plasmada en los planos originales de 1907.
Aparentemente en ellos se proyectaba 3 ventanales de vitraux en el frente, y
una gran ornamentación con el nombre del lugar.
Una vez más la fachada cambió. La cruz se sacó, se construyeron los ventanales, se colocó un friso
con el nombre de la parroquia, se le colocaron columnas romanas. La virgen de luján fue a parar a el lugar que
alguna vez ocupó el sagrario en el centro del altar, la puerta que conectaba el
templo con la secretaria desapareció, los bancos se achicaron, y algunos santos
se esfumaron, mientras que otros cambiaron de lugar, igual que el armonio.
Actualmente y si lo comparamos
con la foto de aquella postal española, el templo que alguna vez fue admirado
por los europeos, se convirtió en un moderno loft palermitano. Un gran salón en
tonos pastel, cool, impoluto, con calefacción, luces led y bancos
minimalistas prolijamente alineados. En su interior se pueda celebrar misa o montar una feria de
diseño, da lo mismo, ya que de la construcción original de hace mas de un siglo poco queda, y lugar es lo que sobra…