Durante toda la noche de ese 12 de Mayo de 1974,
las campanas de la Capilla
de Cristo Obrero, en la Villa
31 del Barrio de Retiro, redoblaron en señal de Luto. La vigilia en torno a un
fogón se extendió a todos los asentamientos de la ciudad, cerca de 10.000
villeros pasaron la noche en vela, con la guitarra se acompañaron las voces
quebradas de los que cantaron su pesar.
…“Se equivocaron,
Carlos,
los que creyeron
que en una cruz de
balas
solo se mata.
No basta una
ametralladora
tu villa y mi villa
no se equivocan.
Los diarios podrán
decir
“Murió el Padre
Mugica”
como antes muchos
creían
que una trompada
borraba una villa.
El pueblo
Carlos de las villas
Carlos hermano
sabe que no se llora
siempre
lo que se esta
ganando.”…
Por sus calles embarradas, peregrinaron cinco
mil almas desoladas, cortejando el féretro que cargaban en andas llevando sus
restos al Cementerio de La Recoleta.
Si le hubiesen preguntado en vida, seguramente
y a pesar de pertenecer a una familia ilustre, jamás hubiese elegido ese lugar
como ultima morada. Todos sabían que su lugar era la villa junto a los pobres,
si hasta el mismo Perón en 1973 fue personalmente a buscarlo.
…”Los “sin voz” tiene
ahora
mucho más que tu voz,
tienen tu vida.
Prometiste venir
cuando pudieras;
nuestra villa, mas que
antes,
te espera”…
25 años esperaron los villeros el regreso de
Carlos, esta vez apenas fueron mil los que hicieron el cortejo. Los años fueron
duros para los que quedaron en las fábricas, los barrios, los comités y las escuelas.
Muchos de los que cargaban el ataúd de regreso a la villa, eran hijos huérfanos
de aquellos que si lo conocieron.
Un trozo de su camisa ensangrentada, aquella
que fue escudo frustro de los 15 balazos, su estola, esa con la que aparece en
la “estampita”, improvisados carteles con su rostro y fotos blanco y negro
recubiertas celosamente con bolsitas de nylon para que no se arruinen,
sirvieron para detener el transito en Av. Del Libertador o Figueroa Alcorta,
ante los ojos de los conductores absortos, que no llegaban a comprender la
escena.
Tres horas duro el peregrinar, el ocaso de una
tarde soleada los recibió en la entrada de la villa, la autopista Ilia era solo
un proyecto, que para ser concretado tuvo que esquivar la Capilla de Cristo Obrero,
donde a partir de ese día descansan sus restos.
…”Perdonalos, Padre,
No saben lo que hacen”
Y no lo sabían.
Por esos se
equivocaron.
Los villeros saben
ahora
que en la Argentina ,
como en la hora de
Cristo
solo “muriendo por el
Pueblo”
Carlos hermano
Se resucita.”…
El 11 de Mayo de 2012, se conmemoran 38 años de
su asesinato.
Cambiaron los Gobiernos, cambio la Iglesia , el País, el
pueblo, pero el discurso de Mugica sigue vigente. El “ahora mas que nunca junto
al pueblo” se hizo carne en los idealista, en los que creen que solo se pueden
salvar con la ayuda de sus pares, en los que piensan en que un futuro mejor es
posible, en los que creyeron en utopías y vivieron el “querer es poder”, en los
sobrevivientes.
Su cuerpo descansa en la villa 31, todos saben
que ese es su lugar, si hasta la mismísima Cristina Fernández en 2010, fue
personalmente a buscarlo…
Su espíritu no descansa, está en los barrios,
las universidades, los centros barriales, las murgas y los comedores
comunitarios, increíblemente la historia me hace dudar que esté en la iglesia.
Su figura trasciende la política, las clases
sociales y la religión, es recordar que se lo puede tener todo y a pesar de eso
no tener nada, es saber que aún no teniendo nada, se puede tener todo.
(Fragmentos
Poema: “Carlos de las villas” escrito por los habitantes de la Villa 12 de Octubre, el
12/05/74. Editado en el libro “Martín Villa hermano de Martín Fierro” Agosto
1974)
¡que emocionante y doloroso recuerdo!,¡cuánta fe y confianza en el Todopoderoso tenemos, que todavía esperamos la resurrección del amor al próximo de los gobernantes!
ResponderEliminarComo puse en la nota, Mugica trasciende las ideologías políticas y religiosas, su discurso es atemporal. Lastimo que no tuvo el mismo marketing que el Che...
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