17 jul 2025

El vórtice cósmico de San José y Humberto 1°


Todo comenzó con un  reposteo en facebook del amigo Fidel Guigui, Ale su hermano, hablaba sobre como la intersección de San José y Humberto 1°, era un “vórtice cósmico” mucho antes de la llegada de Cristina Fernández al Barrio y contaba algunos datos curiosos sobre esa esquina del barrio de Constitución.
Al leer semejante afirmación, no pude evitar interesarme por saber más, interrogue a los hermanos Guigui que me contaron todo lo que su memoria les dejo y no conforme con eso, me fui al punto en el mapa a ver si ese cosmos me revelaba más secretos.
Y así fue como  termine contándoles a ellos cosas que estaban ahí y no sabían. Tan divertido y atrapante les pareció el viaje, que terminaron cayendo dentro de la historia que ahora les cuento a ustedes.

Los Guiguí una familia de Artistas


Ale y Fidel crecieron en San José 1086, se mudaron junto a sus padres Yaco y Lidia entrados los años 60. 
Yaco un argentino   proveniente de una familia judía de palestina y con antepasados en Galilea, de muy joven inicio su carrera artística. Fue miembro del célebre grupo de la década del 50 “ Equipo de Teatro Fray Mocho” liderado por el actor y director Oscar Ferrigno. Entre sus compañeros de escena se encontraban Norma Aleandro y Adriana Aisenbeg entre otros.
Posteriormente Funda junto a Oscar Ciccone el Grupo Latinoamericano de Teatro “Once Al Sur”, compañía Trashumante. A partir de esos años emprende un viaje por Latinoamérica y América del Norte; en EEUU, se forma con Lee Strasberg donde re bautizaron al a compañía como en La MaMMa ETC ( Experimental Theatre Club) de Agentina.
En  1981  desembarca en Xalapa México, donde se radica definitivamente.
Allí Fundo la Compañía de Teatro infantil de la Secretaria de Cultura de Veracruz. En la actualidad es un reconocido y premiado referente de la cultura de aquel país.
Mientras Tanto en el departamento de la calle San José, se quedaba su familia.
Lidia Farja, hija de inmigrantes  sefaradíes de los países árabes,  de  soltera estudió piano varios años con Fedora Yankelevich de Aberastury, que era una reconocida docente chileno-argentina creadora del Sistema Consciente para la Técnica del Movimiento.
Luego del exilio de Yaco, se dedico al negocio familiar llamado “El Buen Humor” ubicado en la calle Lima 1143 (y H. primo). Mientras  sus padres lo administraron se dedico al rubro textil y entre sus clientes  estaban Las Carmelitas Descalzas del monasterio de San José (H. Primo y San José) a quienes  proveían de telas para la confección de los hábitos y debían pasar los rollos a través de una ventana giratoria de madera que no permitía tener contacto con las monjas.
Al tomar las riendas Lidia, el local paso al rubro Bazar Y Juguetería  hasta su cierre.
Posteriormente,  Lidia se enrollo en las filas del Banco Mayo donde se jubilo como empleada administrativa.
Ale Y Fidel no pudieron escapar al llamado del arte y  se convirtieron en músicos, ambos compositores y multi instrumentistas.
Ale, el mayor, desde 1993 se desempaña como docente de música en la Escuela de Música Popular de Avellaneda, que fuera su alma mater en los días de estudiante.
Es arreglador musical y esporádicamente interviene como musico de sesión en grupos musicales y ensambles, algunos con los alumnos del conservatorio.
Fidel  es un prestigioso vientista de instrumentos andinos y orfebre. Desde hace años integra el mítico grupo Urubamba, creado por el ya fallecido Jorge Milchberg y participa también como sesionista mayormente con folkloristas.
Como orfebre es reconocido en la historia de plaza Francia por sus delicadas piezas en plata, entre las personalidades que lucen sus joyas, se encuentran la cantante Mexicana Lila Down, Rita Cortese, Gustavo Santaolalla, Julio Strassera, Beatriz Sarlo y la mismísima Cristina Fernández.
Es el fundador del Espacio El Zonko, un  teatro dedicado al arte en todas sus expresiones que desde años funciona en Pavón y Alberti en el barrio de San Cristóbal.

Esquina con olor a galletita de Chocolate

En San José 1060 (actual Facultad de Ciencias Sociales) se encontraba la fábrica de Galletitas Terrabusi. Se fundó en el año 1911, sobre la calle Sadi Carnot 217 (hoy Mario Bravo) y en 1919 se mudo a constitución a un predio de tres grandes lotes que sumaban 25000 m2  que  abarcan San jose, H. primo y Carlos Calvo.
Era común que estas grandes empresas ocuparan el barrio de constitución, por su cercanía con el ferrocarril que facilitaba la llegada de materia prima desde el interior y su posterior distribución de los productos terminados.
La fabrica funciono al 100% hasta que en 2002 es comprada por la UBA con el fin de remodelar el espacio e instalar la Facultad de Ciencias Sociales.
En 1963 se inauguro  la planta de General Pacheco y desde la venta de San José, pasaron 2 años de reubicación y mudanza, finalmente en 2004  se entrego el espacio a sus nuevos dueños y comenzaron la obras, preservando parte de la estructura interna original.
Hasta ese momento y con la fábrica funcionando la cuadra se inundaba  de olor a chocolate una vez al día, cuando producían las Delicias Terrabusi.
Vecino de la fabrica supo encontrarse un colegio privado, por lo que si eras pibe y te acercabas, seguro algo ligabas.

El aperitivo que lo cura todo

Pini Hermanos & Cía se estableció en 1864, primero en Cochabamba y Lorea, y pronto se trasladó a la intersección de San José y San Juan, donde montó una potente planta industrial con embotellado, almacenamiento y laboratorio.
Hermenegildo Pini, oriundo de Lierna (Lago de Como, Italia), fundó la empresa en 1864. Su primo Achille aportó la receta original de un bitter alemán, que se convirtió en el famoso aperitivo “Pineral”. Durante la Guerra de la Triple Alianza, el Pineral se recomendaba como tónico para ayudar a soldados enfermos o heridos.
En San José frente a Terabusi, funcionaba un depósito de la fábrica Pineral, era una instalación utilizada por la empresa a finales del siglo XIX y principios del XX, en donde almacenaban los productos que salían de la planta principal para distribución en la ciudad y fuera de ella.
Con la Ley de Zonificación (1977) y Código de Planeamiento Urbano de Cacciatore con el trazo de la autopista, la mayoría de las fabricas tuvieron que trasladarse, las que sobrevivieron fuero siendo afectadas por nuevas leyes. La fabrica  Pineral funciono hasta 1991, año que cerró sus puertas en el barrio de Constitución y se mudo a la localidad de Burzaco.

Tóquese un tango Maestro

En el edificio de San José 1086 (el mismo de la familia Guigui) vivió  hasta el 2020, año de su fallecimiento, el reconocido arreglista, pianista, director de orquesta y compositor dedicado al género del tango Jorge Dragone.
Nacido en 1927 en General Villegas Pvcia de Bs. AS., a los 12 años se recibió de profesor elemental de piano, teoría y solfeo. A los 15 años se mudó a Buenos Aires e inmediatamente comenzó a tocar en un trió.
Luego de pasar por varias orquesta, en 1946 formo la suya para hacer presentaciones en Radio Mitre.
A lo largo de los años supo acompañar con su piano a cantores como Alberto Castillo, Alberto Marino, Argentino Ledesma y Edmundo Rivero, con quien se fue de gira a Japón. Posteriormente junto a Hugo del Carril, recorrería varios países de América latina.
Llegados los años 90 lo recibió hasta el último rincón de Europa acompañando a Virginia Luque.
En 2001, Rafaela Canaro (hija del maestro Francisco Canaro) lo nombró director y arreglador de la Orquesta Símbolo Francisco Canaro, y del Quinteto Pirincho.
En 2004 participo con su Orquesta típica en el film de Juan José Campanella, Luna de Avellaneda acompañando a Alberto Castillo interpretado por el Cantor Walter “Chino” Laborde.
La Academia Nacional del Tango lo designó académico de Honor y al cumplir en 2017, 75 años de trayectoria y 60 años como director de orquesta le entregó el Premio Gobbi de Oro.

Leones sueltos en Constitución

El Centro Región Leonesa de Ayuda Mutua se encuentra situado en Humberto Primo 1462 (a metros de la esquina de San José) fue creado el 2 de Julio de 1916 y su objetivo fue unir a los nativos de las provincias del antiguo Reino de León, sus descendientes y afines. No fue hasta 1922 y contando con cerca de 600 miembros,  que se compra el edificio de la actual sede.
Entrados los años 70 se adquieren las propiedad linderas ( 1446 y 1448 de la calle Humberto 1°)
En las décadas del 40, 50 y 60 tuvo sus triunfantes equipos de futbol, lucha libre y bochas, supo hacer brillar su pista de baile en lo carnavales porteños abiertos al barrio y realizar las elecciones de reina de la primavera.
También se uso como sede de milongas que aun son recordadas entre los vecinos más antiguos del barrio.
Hoy sigue funcionando y es uno de los puntos culturales del barrio.

Un convento para sus 15

El 7 de Julio de 1874 se fundaba el monasterio de San José en Humberto Primo 1352, siendo el primero de la orden de las Carmelitas Descalzas en la ciudad de Buenos Aires. Pero No fue hasta el El 19 de diciembre de 1881, se inauguró oficialmente.
Cuenta la historia que Isidora Ponce de León decidió convertirse en monja de clausura a sus jóvenes 15 años, pero en ese entonces el único monasterio de la orden que existía se encontraba en la provincia de Córdoba y no tenia ganas de trasladarse a dicha provincia. Apesadumbrada por no poder cumplir su deseo, decide que cuando recibiera la herencia de su acaudalado padre fundaría su Monasterio en Buenos Aires. Pero tuvo que esperar 22 años para que sucediera.
En el ínterin se desataron guerras que obligan a su padre a trasladarse a Montevideo con grandes pérdidas económicas. A la muerte de su padre, la joven Isidora recibió apenas $1.000.000 de la vieja moneda, lo que le alcanzo para comprar la quinta Benavente por 300.000 y con la suma restante construye una modesta e improvisada capilla y 8 casitas, algunas destinadas a vivienda de las novicias venidas de córdoba y  otras para alquiler y amortiguar los gastos .
Pero tuvieron que seguir esperando, esta vez a que lleguen 4 Madres Fundadoras que debían venir de España. Finalmente el 7 de julio, a su arribo, queda fundado oficialmente el monasterio e Isidora y las otras beatas visten el Santo Hábito;  Isidora cambiara su nombre a Hna. Teresa de Jesús.
Con la aparición de una mecenas. el 1º de Septiembre de 1880 comenzó la construcción del templo y la obra avanzó con rapidez.

Concluido el interior del templo se dispuso el 17 de Diciembre para su inauguración y bendición. Se termino oficialmente de construir en 1884.
En el año 1926 el Templo fue primorosamente decorado, las pinturas son obras de Arquímedes Vitali, artista italiano que llegó a la Argentina en 1910.
Para 1935 el lugar ya terminado contaba con jardín, cuatro claustros a los que dan 20 celdas, coro, sala capitular, sala de recreación, sacristía y demás oficinas. Tiene 4 grandes patios y una hermosa huerta con árboles frutales. En la parte alta se construyó el noviciado que consta de 14 celdas y un oratorio.
Toda esta edificación y el templo ocupan la parte central de la manzana y alrededor se construyeron 14 casitas para la renta del monasterio.
En la actualidad, de esta edificación subsiste el templo y sólo 4 de las casas para renta.

El escultor fantasma, el peluquero de músicos  y Don José

Entre los datos que me fueron pasando, estaba el de un escultor, que vivió en una de las casas de alquiler del monasterio y que en una de sus ventanas  lucia un busto de Perón, de color oscuro que estaba iluminado desde abajo…
Aparentemente esta particularidad llamaba la atención de los vecinos que circulaban de noche por Humberto 1°.Las averiguaciones me llevaron hasta Luis, que tiene su peluquería pegada al monasterio desde 1987 año que abrió el local.
Luis recordaba a Fidel, su cliente por años, incluso después de haberse mudado, y recordaba al escultor misterioso, quien también estaba entre sus clientes. Su nombre era Hugo y su apellido Ferrero o algo similar, era un señor de barba blanca, que además daba clases de dialéctica en su domicilio y se anunciaba con un cartel en la puerta.
Aparentemente Hugo, pertenecía a la CGT y era del rubro de los papeleros.
Lo cierto es que después de una exhaustiva búsqueda, no pudimos echar luz sobre el tema…
Justo cuando estaba por abandonar la línea del peluquero, Fidel recordó que Luis entre tijeretazo y navaja, en una de esas charla de salón, le comento que entre sus clientes estaba Don José…
Después de un: - Fidel, Como no me lo dijiste antes! Le pregunte si vivía en el barrio,  me respondió que no lo sabía y nunca se lo había cruzado… que a lo mejor fue cliente antes que Luis se mudara al barrio.
Don José, había estado presente en mi familia generación tras generación y su solo nombre era volver a mi infancia de mamá y hermanos en el patio de la casa de mi abuela en el pasaje Coronel Cabrer de Palermo, escuchar el winco a todo volumen e intentar descifra un trabalenguas de botones y ojales. Me llevo a mi adolescencia de radio, programándole la música en el programa a mi pareja, que le encantaba el folklore y a pesar que a mi no, coincidíamos en el amor por Don José.
Con la  certeza que si alguien definitivamente hacia que esa esquina fuese un vórtice cósmico era el,  volví a la peluquería  a buscar una confirmación.

-          Hola Luis, se acuerda que vine preguntando por el escultor? Fidel se acordó que usted le conto hace años que le cortaba el pelo a Don José, es verdad, vive por acá?

Luis con un orgullo disimulado me contesto:- si vive ahí… (indicándome el lugar que por cuestiones de respeto no voy a mencionar) y  es verdad, soy el peluquero de Don José.

Si queres mas datos pregúntale al diariero que le  lleva el diario todas las mañanas, me dijo con certeza y tratando de despacharme rápido ya que lo esperaba un cliente y un enorme pedazo de torta sobre el mostrador.

MI emoción fue tal, que Sali en busca del diariero, pero me encontré con el puesto cerrado, a pesar de eso, no me quede con las  ganas… Me acerque a otro comercio, me presente y le dije: estoy haciendo una nota sobre un músico que vivió a metros de la esquina ahora famosa, claro está que me refería a Fidel, pero el comerciante se apuro a responder; si ya se , sobre Don José Larralde, todas las mañanas sale a hacer las compras, pero tiene perfil bajo, no le gusta dar notas….

Le dije que lo sabía y no era mi intención molestarlo, le agradecí por la confirmación con énfasis como si hubiera recibido un regalo. Saque una foto de la puerta de la casa y se la mande a los hermanos Guiguí, ellos no salían de su asombro, ya que no tenían idea que por décadas habían sido sus vecinos.

Me fui silbando bajito, con la satisfacción de lo descubierto y la alegría de saber que el cosmos me sonrió.

 

 


 

 

 

 

26 mar 2025

El ultimo Londei

Desde que me mude a Parque Patricios, cada vez que paso por la esquina de Av. Entre Ríos y 15 de  noviembre,  indefectiblemente mis ojos apuntan a las vidrieras, casi detenidas en el tiempo, de la Antigua Casa Londei .

Entre ropa de niños y damas, asoman libros antiguos, mostradores  vidriados de madera oscura y vitrinas con sombreros antiguos en lo alto, que remiten a recuerdos de épocas felices.

Finalmente y después de casi 6 años de mirar de reojo y  con un propósito solido, el de buscar una prenda del pasado, me aventure a entrar. En el salón me recibió Alejandro, un señor afable, delgado y canoso, con un andar tranquilo y una hola amigable.

No había lo que fui a buscar, o tal vez si, porque termine trayéndome una historia entrañable para compartir.


Casa Londei donde 1 peso vale 6

La casa Londei nació como fabrica de sombreros. Funcionaba en Av. Entre ríos 2084 casi esquina  Rondeau. Si bien no hay datos exactos de su inauguración, se especula que abrió  antes del 1900.

Como vecinos tenia a la “Compañía Pasteurizadora lda” y a la empresa láctea “La Martona” que ocupaba gran parte de la manzana.

Su propietario, Aristotilé Londei , un inmigrante italiano, estaba casado con Isabel y era padre de Adolfo, Ángel  y Arquímedes este ultimo nacido en 1910.

El 22 de noviembre de  1918, se mudan a un nuevo local que también tenía vivienda, en la esquina de Av. Entre ríos y Armonía,  calle que con los años pasaría llamarse 15 de noviembre de 1889. Ambos locales estaban ubicados en el barrio de San Cristóbal, luego con el correr de los años y la creación de nuevos límites, el primero paso a ser parte de Constitución y el segundo de Parque Patricios.

En el local viejo se convirtió en  una lechería “la Martona” y posteriormente oficinas de la misma empresa, en la actualidad es un supermercado.

El nuevo Local más amplio, contaba no solo con una vivienda en la parte trasera del local, al cual solo se accede por el propio local, sino también un sótano de 97 metros cuadrados.  Con tres entradas, una por Av. Entre Ríos, la segunda justo en la esquina y la tercera por 15 de noviembre, esta ultima destinada como ingreso exclusivo al taller de confección de sombreros.

Sobre el local un edificio de departamentos y a sus espaldas (sobre combate de los pozos) los cuarteles de sanidad y hospital militar.

Con el paso de los años, el local ya era una consolidada empresa familiar. Adolfo y Arquímedes atendían a los distinguidos clientes en busca de sombreros, mientras  Ángel se dedicaba exclusivamente a confeccionarlos.

Sobre una de sus entradas, tenía un cartel con el slogan “Casa Londei donde un peso vale 6”. Años más tarde otra tienda usaría el slogan pero un tanto devaluado, “Casa Muñoz, donde 1 peso vale 2”.

 

Club atlético Londei


Los tres hermanos además de de llevar adelante la empresa familiar, como buenos fanas de futbol , (hinchas incondicionales de Barracas Central y cuya sede original estaba a escasas cuadras del local) transformaron el espacioso sótano en una mini cancha de 3. 

El micro mini estadio no estaba para nada improvisado y contaba con un claro reglamento. Un arquero de cada equipo (que no podía salir de su puesto) y dos jugadores por conjunto. Los arcos contra las paredes (una daba a combate de los pozos y la otra a Entre Ríos)  y los limites la escalera de acceso a la derecha y las columnas de sostén de  la izquierda sobre  15 de noviembre. El espacio que quedaba entre las columnas y la pared era utilizada como tribuna, para los espectadores que acompañaban el partido con bebidas y una mesa con picada.

Eran habituales los picados del sótano y más de un cliente se sorprendió al escuchar efusivos gritos de gol que provenían de las entrañas del comercio.

Con los años, allá por 1950, se adquirió una heladera siam, que fue colocada en el sector de confección de sombreros y que estaba siempre cargada de bebidas, no solo para refrescar al obrero (las maquinas a motor daban mucho calor) sino también  a los jugadores e hinchas. Hoy la vieja heladera siam, testigo indiscutible de aquellas épocas,  sigue en funcionamiento en el mismo lugar y sin nunca haberla tenido que llevar a reparar.

 

Cambia, todo cambia.
 

Llegados los años 50 Adolfo, el mayor de los hermanos fallece, si bien para ese entonces ya tenía un heredero, a este nunca le intereso el negocio familia.

Arquímedes se había casado en 1951 y su familia estaba compuesta por su esposa  Haydee y dos hijos, Laura nacida en 1953 y Alejandro en 1956.

En 1955 la tienda pasa de ser exclusivamente sombrerería a incorporar ropa de Hombre.

Angel, el sombrerero, permaneció soltero,  viviendo junto a la familia de su hermano hasta su fallecimiento en 1963. Ese año, los sombreros marca Londei dejaron de fabricarse definitivamente.

Sin embargo  siguieron vendiendo este artículo hasta 1968. Los nuevos sombreros, eran fabricados con las antiguas maquinas, por Carlo De Lucia, respetado artesano cuya marca figuraba en las piezas que realizaba. Era reconocido porque supo fabricar los sombreros para la tienda Gatt & Chavez, luego que esta cerro, Carlo se retiro del negocio y Casa Londei se convirtió definitivamente en un local de venta de ropa.

 

Viendo pasar la historia

 

Los años 70 serian trascendentales en la historia del barrio y la ciudad de Buenos Aires.

El club Barracas central muda su sede de la calle Vélez Sarsfield 67 y se aleja del barrio.

En 1973 y luego de permanecer abandonado por algún tiempo, el Hospital Militar que en 1940 se transforma en Hospital Nacional Central para Enfermos Tuberculosos, pasa a es rescatado de la demolición y se convierte en el CENARESO (Centro Nacional de Reeducación Social).

Ese mismo año, el 6 de septiembre de 1973 el  comando de sanidad  seria blanco de un ataque del ERP. Durante la toma por parte de 14 miembros de esta agrupación, dos conscriptos  logran escapar e intentan dirigirse a la comisaria en busca de ayuda,  en el camino se encuentran con un patrullero de la Policía y este busca ayuda en La Martona, utilizando los  camiones transportadores de leche  para cerrar el paso y evitar el robo de armamento y vehículos militares. El conflicto termino con militares y civiles muertos y vecinos  en vela conmocionados.

En 1975 el  predio usado como  arsenal de guerra, se destina a la construcción del Hospital de Pediatría Garraham.  Obra que quedaría parada por el golpe militar y se retomaría en 1984 para finalmente inaugurarse en 1987.

En 1976 el Intendente Cacciatore planea la construcción de la autopista 9 de julio sur que afectaría a los barrios de Constitución y San Cristóbal. También en ese periodo se pone en marcha La Ley de Normalización de Locaciones Urbanas dejando un tendal de viviendas desocupadas. Junto con la emigración de vecinos a la provincia de Buenos Aires, vendría la de fabricas como la Martona, La compañía Pasteurizadora y el Molino Argentino  que se encontraba en la calle en Solís y 15 de Noviembre (en 1919 en parte de los terrenos de la fabrica que daban a la calle Pedro Echague, funciono el club Hindú creado por Domingo Badino fundador del molino, hasta su expropiación en 1955 para convertirse en cede de los juegos evita).

En 1979 se inauguraba el nuevo edificio de la Cárcel de Caseros que había comenzado a construirse en 1969 y seria demolido entre 2001 y 2007. Hoy en su lugar está el archivo General de la Nación.


Nuevos Aires 


Entrados los años 80 y con la nueva Geografía urbanística varias líneas de colectivo comienzan a pasar por 15 de Noviembre y Entre Ríos, aumentando la circulación del barrio y la visibilidad del Local y La antigua casa Londei se renueva totalmente.

Arquímedes cede la administración de la empresa familiar a su hijo Alejando quien con la ayuda de su hermana mayor Laura traen ideas nuevas. Es así como las vidrieras se engalanaron con letras doradas que enaltecían el apellido Familiar.

En 1986 la familia Londei recibe a un nuevo integrante llamado Augusto (es bautizado según la tradición familiar de llevar un nombre con A)   hijo de Alejandro y su esposa Liliana.

Para 1988 y con el Hospital Garraham recién inaugurado, se suma al inventario la ropa de niños y posteriormente la de dama.

Diez años después, en 1998  a los 88 años fallece Arquímedes. 

 

100 años de historia  


Con la llegada del nuevo milenio la casa Londei estaba en su apogeo. Con casi 100 años de existencia seguía funcionando en el barrio a pesar de las modas, los gobiernos, las crisis económicas y la reorganización urbanística. Pero un revés inesperado quebranto a la familia.

En 2007 y por consecuencia de la tragedia de cromañón, ocurrida el 30 de Diciembre de 2004, fallece a sus 21 años Augusto.

Alejandro invadido por la desolación y una profunda tristeza siente que con la partida de Augusto se termino el negocio familiar ya que el, ahora sin heredero, es el ultimo Londei.

Su hermana permanece ayudándolo en el negocio hasta 2012. Alejando lo mantiene abierto pero ya no con las ganas de siempre.

Por la bronca y la tristeza se deshase de parte de la historia familiar y decide no dejar rastros de lo que alguna vez fue.


Epilogo


Pasaron los años y el local fue perdiendo el brillo, las letras doradas de las vidrieras se fueron desdibujando. Los mostradores y vitrinas albergan apenas mercadería.  Alejandro abre  a las 11 y a veces se olvida de levantar las persianas que dan a la esquina. Abre más por costumbre que por necesidad y cuando tiene algo mejor que hacer cierra. Durante la cuarentena lo abrió. A veces se cruza al bar “La Armonía” y charla con su dueño José, que se conocen desde chicos.

La gente pasa y mira el interior y las vidrieras. Siempre algún vecino o amigo entra a conversarle. Alejandro está lleno de atractivas historias del barrio para contar, a pesar que se excusa que el de las historias era su padre y el no le prestaba mucha atención cuando las contaba, por eso no se las acuerda bien algunos detalles.

Después de decidirme a entrar y charlar brevemente con él, le propuse entrevistarlo al día siguiente para que me contara la historia del lugar y acepto. Volví armada con grabador, anotador y cámara, porque sentía que había una gran historia y no podía perderme nada. Lo que perdí fue la noción del tiempo,  no se cuantas horas estuve en ese túnel del tiempo. Me mostró el sótano, la Siam, bajo los sombreros por pedido mío, en el lote había un “De Lucia”  y note que los viejos ranchos no tenían la etiqueta y supe el porqué. Cuando llegue a casa me propuse buscar alguna prueba de ese pasado que Alejandro había intentado borrar. Fue así como me tope con “La baulera del Criollo” y la foto de un autentico sombrero Londei.  Dispuesta a indagar más me contacte con Jonathan, el propietario de la tienda virtual dedicada a la venta de sombreros antiguos. Le pregunte por el chambergo y me contó que se había vendido enseguida, no recordaba su origen y que esa marca era una “figurita difícil” de conseguir. Le pedí si podía usar sus fotos y me respondió que si. Era muy probable que aquel fuera el último Londei.

8 mar 2022

Mi gran noche

Madrugadas con el Petiso Orejudo

Los que me conocen saben, que además de este vicio de narrar historias irrelevantes, también tengo el de la actuación. A veces, solo a veces, los planetas se alinean y por medio de esta última accedo a lugares con grandes historias, que de otra manera seria muy difícil recorrer con total libertad.
Este fue el caso del Instituto Félix Bernasconi, ubicado en Parque Patricios, entre las calles Catulo Castillo, Catamarca, Esteban de Luca y Rondeau. Desde que me mude al barrio hace 3 años, cada vez que paso por alguno de sus laterales, no puedo dejar de admirar el imponente palacio porteño y añorar el conocerlo por dentro. No solo por su arquitectura, sino por las historias del predio antes que este se erigiera y la leyenda del alma que habita el lugar.

Era un fin de semana de Febrero y junto con 3 actores más (Horacio Marassi, Agustina D' Alessandro y Christian Grilli ), fuimos convocados Por Julieta Zapiola para rodar una producción en el mencionado Instituto. Cuando me llego la citación y me contaron el lugar, tengo que reconocer que se me ilumino el rostro,  el cual se fue apagando cuando leí el horario, de 17 a 4am..  Mas allá de lo cansador que pueden ser los rodajes nocturnos, yo contaba con la información de los hechos que habían acontecido en el lugar en 1912 y que aparentemente seguían atormentando a los guardias nocturnos del imponente palacete de 4 pisos, subsuelo, terraza y dos alas.

Sobre la producción a rodarse no puedo dar muchos detalles ya que al momento de escribir este relato, la misma no se estreno y está vigente el convenio de confidencialidad, pero si voy a decir que la trama ocurría en un psiquiátrico un tanto aterrador.

Una vez en el lugar y entrando en confianza con mis colegas y con parte del equipo técnico, no pude evitar comenzar a contarles lo que sabía sobre el mito, tal vez y solo tal vez,  no fue tan buena idea…


Los terrenos

Mapa de 1895

Originalmente en los terrenos que abarcaban 8 manzanas, se emplazaba la estancia “El Eden”, perteneciente a Facundo Moreno, el presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires y padre de Francisco Pascasio Moreno, Perito de la frontera de Argentina y Chile. La estancia albergaba un inmenso patrimonio cultural, que constaba de un museo privado, con las colecciones del perito, una biblioteca con mas de 2800 volúmenes y una pinacoteca.
Por su amor a la naturaleza, Francisco habría plantado en 1872, un aguaribay (árbol de pimienta) que aún se conserva en el terreno y fue declarado como árbol histórico nacional en 1940.
En las tardes de verano Don Francisco abría los portones de rejas de su quinta para que los niños humildes pudieran deleitarse con los manjares de frutas frescas. El Perito decía: “Donde el trabajo y la escuela reinan, la cárcel se cierra”. Para 1900 había montado lo que en nuestros días conoceríamos como un comedor comunitario infantil, que daba un plato de sopa diario a 200 niños carenciados del barrio de “las latas”. En 1904 creó los comedores escolares donde, diariamente, se servían 350 platos de sopa costeados por él. Para hacer frente a los gastos, vendió las tierras que el Gobierno argentino le otorgó como reconocimiento por su trabajo como perito de límites.
Pero las arcas se iban agotando. Luego de la muerte de su esposa y 4 de sus hijos, y con los 3 restantes estudiando en Europa, comenzó poco a poco a alquilar y vender sus otras propiedades para solventar los gastos.

En la fracción del lote en cuestión, funcionó por un breve período de tiempo el horno de ladrillos “La Americana”, hasta que el espacio luego fue comprado por el Consejo Nacional de Educación, en más de un millón de pesos, a la familia Moreno en 1918 para instalar allí el Instituto.
En 1919 y luego de ser diagnosticado con una angina de pecho, el Perito Moreno fallece a los 67 años.
La piedra fundamental del Bernasconi, fue colocada en 1921 por el arquitecto Juan Waldorp. El edificio finalmente estuvo terminado 8 años después en 1929.

Los hechos trágicos

Corría el año 1912 y en los terrenos de la estancia el edén, ya loteados y con calles delineadas, como mencione antes, funcionaba el Horno de Ladrillos “La americana” el pedio estaba circundado por una cerca de chapas improvisadas y entre los matorrales se encontraban los hornos.

En la calle el progreso 2185 (actual Catulo Castillo) vivía el niño Gesualdo Giordano de 3 años de edad. Era costumbre en ese tiempo que los niños salieran a jugar a la a la calle.
A pocas cuadras de ahí en Urquiza 1970, vivía Cayetano Santos Godines, el primer asesino serial reconocido de Argentina.
Esa mañana del 3 de diciembre, Gesualdo sería su última víctima fatal. El lugar elegido para el asesinato fue el tan mencionado terreno, donde alguna vez el Perito Moreno se ocupo de alimentar y cuidar a niños como Gesualdo o el mismo Cayetano que para entonces tenia 16 años.
Luego de cometer el asesinato salió del terreno y se encontró con el padre de su victima, quien le pregunto si lo había visto, Godines lo negó y le sugirió que fuera a la policía, pero el desesperado padre recordó lo que una niña que jugaba con su hijo le dijo: se fue con un “petiso orejudo” a comprar caramelos. El padre del niño lo reconoció por sus características físicas y corrió tal como le sugirió el asesino a contárselo a la policía.
En el ínterin, Godines volvió al lugar del hecho e introdujo con ayuda de una piedra un clavo en la frente de pequeño para asegurarse que estaba muerto.
La tragedia salió en los diarios y eso lo tentó a presentarse en el velatorio y tocar la frente de su víctima para cotejar si el clavo seguía ahí, porque la prensa no lo mencionaba.

El policía que había tomado la denuncia lo vio en el velorio, decidió seguirlo y detenerlo. En su poder tenia parte de la soga que uso para ahorcarlo y el recorte del periódico. Fue arrestado y encarcelado en la antigua cárcel donde hoy se encuentra el parque Las Heras, luego llevado a la prisión del fin del mundo en Ushuaia donde murió en 1944.


La Leyenda

Cuentan los viejos del barrio que por los pasillos del Bernasconi, por las noches se escucha corretear a un niño que juega traviesamente por las instalaciones, pero no sería el único.
A finales de la década del 40 algo inexplicable sucedió. En una vieja pared en el teatro que se encuentra en el primer piso del instituto, ubicada tras bambalinas y tapada con un telón, se encuentran unas misteriosas letras talladas, las cuales, asegura el mito, se tratarían de alguna clase de brujería que al leerlas surge el espíritu de Cayetano Santos Godino, alias el Petiso Orejudo.


En busca de la verdad: Dia 1

La primera noche nos tocaba filmar en el tercer piso. Nuestra base se encontraba en planta baja donde la entrada de Catulo Castillo. Para acceder al set había que subir por unos viejos asesores arcaicos que se encontraba en los extremos del edificio y que según un cartel mal colgado, tenían capacidad para 12 adultos o 20 niños. Una vez en el tercer piso había que cruzar un largo pasillo poco iluminado, que nos conducía al extremo opuesto del edificio. El equipo de trabajo era grande, entre técnicos, actores, productores, vestuaristas, maquilladores, catering, limpieza y seguridad seriamos 40 personas. Nunca nadie estaba solo, simplemente porque no había oportunidad.
Mi excitación por conocer el lugar estaba a tope y me ocupaba de indagar donde quedaba el teatro, si podíamos entrar a verlo y en que otros lugares íbamos a filmar. En mi emoción le conté a mis colegas y equipo que estaban con nosotros, sobre la leyenda y mi objetivo de ir a corroborar el mito de la pared, pero lamentablemente no recordaba con exactitud qué era lo que tenía que buscar, porque hacía muchos años que había leído sobre el tema.
Las horas fueron pasando y entre toma y toma, trataba de curiosear lo más que se podía, pero la oscuridad de la noche en los pasillos lo complicaba.
A medida que fueron pasando las horas, el rumor de la leyenda se fue propagando entre el equipo y algunos preferían esperar compañía para utilizar los ascensores.
Esa noche no escuchamos ningún ruido fuera de lo normal, tal vez porque nosotros los tapábamos con nuestros propios ruidos, tampoco vimos sobras, quizás porque los reflectores y las maquinas de humo las generaban. Se había creado un ambiente que asustaba a cualquier fantasma.
Me fui a casa al terminar la jornada, cansada y un poco desilusionada por no haber podido indagar nada.

Pasaron Cosas: Dia 2

Al día siguiente la situación era más temprano y con el sol acompañando, iba a ser una jornada larga como la anterior, pero a pesar del cansancio y el mal dormir por el cambio de horario, llegue a set más temprano de lo solicitado. Me habían dicho que ese día se filmaba en el primer piso y la ansiedad me estaba matando.
Mientras esperaba para entrar a maquillaje, note caras nuevas que no parecían pertenecer a la producción, sino a la institución. El día anterior me habían contado de un museo en el primer piso y decidí preguntar a la gente del colegio si se podía visitar. La respuesta fue un rotundo no.
Resulta que en el colegio funcionan 6 colegios y todos con directivos distintos y el museo pertenece a otra jurisdicción. Cada sector está cerrado con 7 llaves y casi como que era un milagro que nos hubiera permito entrar. Antes de ir a maquillaje, me asegure de hacerme un plano metal de los lugares de interés que quería intentar ver basado en el relato del amable cuidador, que resulto ser el presidente de la cooperadora.
Una vez en maquillaje, se acerca alguien del equipo y comienzan a contarme que la noche anterior le habían hablado del fantasma y las letras… Quien habrá sido pensé… al parecer la mitad del equipo estaba aterrorizado con el relato.

Invocando al petiso

Finalmente llego el momento en que pude alejarme del grupo y escabullirme al primer piso para intentar acceder al teatro. En el foullie estaban preparando el set para filmar. Mientras entraban equipos y arte hacia lo suyo, me escabullí a la biblioteca que parecía salida de una peli en si y trate de mirar cada detalle del lugar que me tenia fascinada. Pero mi objetivo real era llegar al teatro, que si bien no se iba a utilizar en el rodaje, tenia uno de sus accesos abiertos para que por los ventanales pudiera disiparse el humo de las maquinas de efectos.
Como un perro comencé a dar vueltas por el lugar, pero no me animaba a entrar para que no me llamaran la atención, así que tuve que esperar al llamado del rodaje y ahí si, con la complicidad involuntaria de mis compañeros, entrar los 4 a curiosear el lugar. Apenas entramos me preguntaron si iba a buscar las letras, no tuvieron que insistir demasiado que ya estaba arriba del escenario y dirigiéndome tras bambalinas.

Por algún motivo se había instalado en mi memoria, que lo que tenia que buscar eran las iníciales CSG. Entre por el lado izquierdo y lo primero que vi fue una inscripción en vertical sobre una columna de la pared, estaba tallada en el cemento pero por mas que lo intente no pude descifrar lo que decía, era como una palabra sin sentido, un conjunto de letras que no decían nada.
Con ayuda de la luz del móvil recorrí la pared para ver si encontraba algo, pero mi desilusión no tardo en llegar cuando vi que no tenía nada fuera de lo normal…
Salí entonces cabeza gacha, mientras me iba cruzando con actores, productores y técnicos que me preguntaban si había encontrado las iníciales…

No estamos solos

Pasaron varias horas de espera hasta que nos toco volver a filmar en el piso 4 donde fue la primera jornada. Esa tarde, calculo que media noche y ya estábamos cansados por la espera.
Nos dirigimos al ascensor que usábamos siempre y en el viaje alguien nuevamente me pregunto por el teatro, -nada, respondí, es solo una leyenda. Fue justo ahí que el ascensor se detiene y las dos grandes y pesadas puertas internas comienzan a temblar, se entreabrían y cerraban sin parar, por más que tocaban los botones del tablero no cesaban y el ascensor comenzó a zozobrar. Es el Petiso Orejudo! Exclame, no era un mito! La reacción de mis compañeros de viaje fue variada, algún se asusto, otro me puteo, otro rió y estaba el que prefirió llamar a la reflexión con un Che, no jodamos con el Petiso!. En ese momento, reino la paz y las puertas se abrieron amablemente ante nuestras miradas para que podamos salir del endemoniado ascensor.

Efectos colaterales

Foto de la inscripción 
enviada por Daniel
La jornada termino tranquila, cada tanto recordando que no había que joder con el petiso y lamentándome por no haber encontrado las letras. Esa noche llegue a casa de madrugada y mas cansada que el día anterior. Al medio día siguiente después de un café cargado para despabilarme, me senté en la pc dispuesta a encontrar el texto que hablaba de las iníciales en el teatro, cuando finalmente lo encontré y lo leí, termine de despabilarme.
Las iníciales no eran tales, sino se referían a la escritura vertical que vi apenas entre y hacían referencia especifica que no había que leerlas, porque eso era lo que invocaba al petiso, claro está que no solo trate de leerla una vez, sino varias y desistí cuando vi que esa extraña palabra no significaba nada, al menos para mí.
Lo primero que pensé es: como no le saque una foto! Le mande un mensaje a Julieta la productora y le conté lo sucedido, no podía creerme, parecía que la estaba contando una fabula. Tengo que escribir la historia, le dije, pero necesito esa foto para que sea creíble.

Foto 2 enviada por Daniel
Por suerte el amable presidente de la cooperadora Daniel Gallardo, me paso su teléfono, ya que habíamos hablado de este blog y se mostro interesado. La secuencia fue sencilla: Le pregunte si podía ir a sacar fotos, me menciono que hacían falta permisos, me contacto con la secretaría, la secretaria me pidió que envié un mail detallando el proyecto, cv, antecedente y un pedido formal de permiso para ingresar. Volví a llamar a Daniel y fui lo mas sincera que se puede ser en estos casos. Soy una boluda! le dije, buscaba algo, lo vi, y no me di cuenta que era lo que buscaba hasta hoy. Por favor podes sacarle una foto vos a la pared y pasármela… Lo voy a intentar, me respondió, no es fácil que abran el teatro porque si. Tal vez mañana o pasado.
Paso casi un mes y esta historia había quedado a medias porque en el fondo sentía que sin la foto sonaba a chamuyo, hasta que llego un mensaje ya inesperado, que contenía dos fotos y disculpas por la tardanza - Recién hoy pude entran porque vinieron a filmar... 
La primer foto era la esperada, en la segunda  podían leerse 2 letras sueltas, P X… sobre ellas y escondido en las alturas un hombre que nos mira.